“Mi hijo está con gripe, de nuevo, ¿puedes creerlo?”
“Uy, qué lata, ¿y es seria la cosa?”
“Lo típico. Gracias a Dios que no requiere de antibióticos”.
“Sí, es que desafortunadamente, está todo el mundo igual...con este clima... Pero conozco un datito requete bueno, es un secreto de naturaleza: la abuela de la Pity, ¿te acuerdas de la Pity?, bueno, resulta que ella le daba aceite de Bacalao a todos los nietos, y todas las mañanas más encima. ¡Santo remedio! Y nunca se enfermaban”.
Si yo creyera en Buda, o en Alá, o en la Fortuna, tal vez el aceite de Bacalao no funcionaría. Tal vez, apenas sabría lo que opinan los Santos de este remedio. Lo cual me “lleva” a pensar que toooodo lo que decimos, tiene que ver con nuestras creencias. Obvio, nuestras palabras nos traicionan.
Y que hay de eso: “¿Qué dice Juan Pérez de esta situación?” (O qué dicen los Santos, en este caso). Te puedo contar lo que dice Juan Pérez, te puedo contar, con mis palabras, lo que dice Juan Pérez. Y vuelvo a mi mapa...Que me guste o no lo que dicen los demás, por el sólo hecho de repetir, o recordar lo que debieran decir, o deducir lo que se supone debieran decir...vuelvo a mi mapa. Con mis palabras. Con mis creencias integradas. Porque no va a faltar el “gracias a Dios”, el “afortunadamente”, e incluso las generalizaciones...De alguna manera, aflorarán los surcos, los juicios, las tan cómodas costumbres...el “yo creo que va a decir tal o cual palabra” y esa palabra, a su vez, tendrá tal o cual creencia. Mejor me reconcilio con las mías y las envuelvo en un paquete tan, pero tan atractivo...que te las regalo con cariño y, bueno, luego me das ¡tu opinión!
“Uy, qué lata, ¿y es seria la cosa?”
“Lo típico. Gracias a Dios que no requiere de antibióticos”.
“Sí, es que desafortunadamente, está todo el mundo igual...con este clima... Pero conozco un datito requete bueno, es un secreto de naturaleza: la abuela de la Pity, ¿te acuerdas de la Pity?, bueno, resulta que ella le daba aceite de Bacalao a todos los nietos, y todas las mañanas más encima. ¡Santo remedio! Y nunca se enfermaban”.
Si yo creyera en Buda, o en Alá, o en la Fortuna, tal vez el aceite de Bacalao no funcionaría. Tal vez, apenas sabría lo que opinan los Santos de este remedio. Lo cual me “lleva” a pensar que toooodo lo que decimos, tiene que ver con nuestras creencias. Obvio, nuestras palabras nos traicionan.
Y que hay de eso: “¿Qué dice Juan Pérez de esta situación?” (O qué dicen los Santos, en este caso). Te puedo contar lo que dice Juan Pérez, te puedo contar, con mis palabras, lo que dice Juan Pérez. Y vuelvo a mi mapa...Que me guste o no lo que dicen los demás, por el sólo hecho de repetir, o recordar lo que debieran decir, o deducir lo que se supone debieran decir...vuelvo a mi mapa. Con mis palabras. Con mis creencias integradas. Porque no va a faltar el “gracias a Dios”, el “afortunadamente”, e incluso las generalizaciones...De alguna manera, aflorarán los surcos, los juicios, las tan cómodas costumbres...el “yo creo que va a decir tal o cual palabra” y esa palabra, a su vez, tendrá tal o cual creencia. Mejor me reconcilio con las mías y las envuelvo en un paquete tan, pero tan atractivo...que te las regalo con cariño y, bueno, luego me das ¡tu opinión!
sindicar
6 comentarios:
Te cuento que la hermana de la Pity, la Joy, hace tiempo que espera una visita tuya.
Se que no tenias ideas de eso y, ahora que estás de vuelta ¡Ojalá te puedas encontrar pronto con ella – ella estará tan contenta de saber de ti!
¡No lo puedes dimensionar, pero ella siempre está tan orgullosa de ti!
Creo que igual no te he contado, pero Joy no lo ha estado pasando muy bien.
Hay días que está “complicada” pues quisiera que sus cosas siempre fueran perfectas. Naturalmente, eso bien lo sabemos, es imposible.
Entonces vienen los altos y bajos.
Por cierto, en muchas ocasiones cree que hay solo bajos y, se le olvidan los altos.
Como a tanta gente.
De todas maneras, pareciera que nada la detiene.
Es como una brújula siempre mostrando el norte, dando soluciones, buscando alternativas.
Aprendiendo de Dios, Buda, Alá, La Fortuna y para que decir, también mucho del “Bacalao”.
En ellos deben residir los ejércitos que sanan sin ninguna guerra.
Lo que sí creo es que ahora es casi puro corazón.
Me dio la impresión que ya no tiene más la misma preocupación que antes tenía por el lenguaje, a pesar que se supone, eso es lo que le permitía vivir el mundo que vivía.
¿De qué mundo hablamos?
Más bien pareciera que está viviendo otra cosa, donde solo le importa la gente que le importa.
¿Crees que será malo eso? ¿Tú me entiendes?
Es cierto que antes pensaba que lo que decía Juan Jerez tenia relevancia. Tampoco no lo enjuicio por ser quien es.
Pero bueno, igual pareciera que así es para ella, en algunos momentos.
Ella no se da cuenta y si se da cuenta.
Tengo la certeza de que ella ya no quiere más saber de el.
La vida sigue.
Joy es como una brújula.
Siempre apunta hacia una sola dirección.
Llámala cuando puedas, ¿Vale?
Gracias por tu comentario. Cuando me oriente al norte y la vea, cuando los ejercitos dejen de combatir y ganen los azules, tendré presente llamar a Joy para conversar sobre las altos y bajos. ¡Y, "ojalà" que lo hagamos en Francés...!
Andrea:
¿Y cuál es tu aceite de bacalao? ¿Cómo te hace sentir respecto a eso que tal vez necesites sentir? Bálsamo de la vida y las emociones. Al menos así me gustaría a mi. A algunos les desagrada. ¿Pero podrían acaso llegar a creer que les podría gustar e, incluso, disfrutarlo? Probablemente haya quienes no les entre por la vista ¿Y cómo sería si se lo imaginaran de color morado? Un abrazo grandote...
Rafa
Sí, Rafael, pudiera ser incluso morado...de hecho, me encantó tu opinión...y es que me encanta el morado, no el bacalao, ni siquiera podría imaginar lo que no sé, si es que existen las no-emociones...sí o no carece de la importancia de sentir que uno siente. Creo que eso es saber. ¡Otro abrazotote!
.....ese famoso aceite de bacalao... me hace recordar lo delicioso que era el vaso de jugo de naranja !!!!... que le seguia a esa temible cuchara sopera, con ese liquido que de solo recordarlo me dan arcadas......y esa botella odiosa a lo lejos, en la cocina, mirandonos a mi y mis dos hermanos, en la formacion de rigor y procedimiento para este evento semanal, cumpliamos con nuestro deber.......Quien iba a pensar que ese acto quedaria tan grabado en mi inconsciente o consciente? da lo mismo en esta historia.
.....Poderosa imagen de mi niñez que no recordaba hace tiempo....., veo a mi madre, la veo grande, y yo pequeño mirandola hacia arriba, con ojos inocentes y sinceros, enfrentado a esa cuchara helada y grande, se viene acercando a mi y mi boca no quiere recibirla. Pero basta una sola mirada de mi madre y automaticamente siento como el metal entra en mi paladar y el aceite recorre mi boca.....la trago cerrando los ojos, e insensibilizo mi gusto para no sentirlo... y lo consigo.....mas el aroma se me cuela por la nariz y no alcanzo a evitar el disgusto de ese gusto....... y ahi me quedo ahora, con la casa en que vivi 25 años, sus olores, sus ruidos, las fiestas y las no fiestas, el sonido de las gotas de lluvia en los techos vecinos, el viento de temporal, valparaiso, mil historias de juventud y de niñez, el silencio de la noche estrellada, el amanecer y el celeste del mar tranquilo......que rico haber tomado ese aceite de bacalao y que fuera significativo para mi porque ahora lo recuerdo delicioso por las imagenes del pasado que me trae en este momento, cambiando mi emocion y dibujando una pequeña sonrisa en mi boca
..... Bueno, como veran, el aceite de bacalao no solo sirve para tener buena salud sino que tambien para recordar el pasado!!!!
saludos
jaime gonzalez
¡Gracias Jaime...vaya trance! ¡Parece increíble como aquello que sabe tan mal puede curar o cuidar o proteger y entregar tanto bien...incluso tanto tiempo después!
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