24 mar 2010

¿Para que Postergo lo que Quiero?


¿Que hace que dilate hacer lo que se que me hace bien?, ¿Que me impide hacer lo que quiero?
Las decisiones implican un compromiso personal y una responsabilidad que no puedo tercerizar; mis elecciones son mis acciones de las cuales debo hacerme cargo. ¿Pero que gano al hacerme cargo? ¿Será mi vida más fácil cuando puedo culpar a alguien por mi estado presente y mi proyección de futuro? o ¿será mejor asumir el costo de hacerme responsable de mis malas elecciones?, ¿Y si son buenas elecciones?, ¿que me estaría perdiendo? el poder de las elecciones, ese es el dilema.... cuando el esfuerzo de hacer supera al esfuerzo de pensar, ya no me estoy preguntando todo esto porque estoy ocupada en lo que quiero......

18 mar 2010

Sí, quiero hacerlo.


"Las personas, en algún momento de su vida quieren hacer algo, tienen ganas de hacer algo especial. Pero, lamentablemente, demasiado a menudo dejan que la vida se les pase.


Cuando tengo ganas de hacer algo especial, lo hago, porque tal vez, en un año o dos ya no tendré ganas de hacerlo, ya sea porque me encuentre frente a la impotencia, porque es como una gota en el desierto, o porque esté frente al asco por la actitud de ciertas personas que tienen un espiritu negativo en cuanto a sus actividades.


Entonces, cuando tengo ganas de hacer algo especial, y mientras esas ganas me sostengan, lo haré.


Es banal."


Gracias D.B.



4 mar 2010

Un terremoto en el alma


No sólo quedaron escombros ; también se abrieron las grietas de esa consciencia nacional colectiva que desde antes parecía endeble. En muchos quedó instalada la incertidumbre y , en consecuencia, la indecisión respecto a qué rumbo tomar. Peor aun, otros tantos quedaron paralizados por el miedo sin siquiera darse la posibilidad de pensar en dejar el atolladero. No sólo entonces se necesita voluntad. También señales.
Al estar entre las ruinas una pequeña luz da esperanza; una voz que viene del otro lado compañía. Se hace necesario entonces atreverse a gritar, implorar por ayuda y confirmar que se vive. El rescatista precisa de aquellas señales también para actuar y abrirse camino entre los muros caídos.
¡Cuántas veces el país parece haber sucumbido y en cuántas también se ha levantado!
Una mano caída necesita de la otra para levantarse. Así no sólo se ponen de pie aquellos que parecen abatidos, sino que se establecen puentes para unir el cuerpo social. Confío en que se puede. Y así como se alimenta el alma del que sufre, se nutre también el espíritu de una nación que tal cual como Lázaro es capaz de levantarse y caminar.