1 oct 2009

Myrdhin y Morgane




Sigo pensando que hay, en cada uno de nosotros, un mal y un bien, un blanco y un negro, un hombre y una mujer, un nada y un infinito. Hasta que uno de ellos prevalece, enraíza su pensar y alimenta el alma. Entonces, Soy.



Cuando Myrdhin y Morgane se miraron a los ojos, se reconocieron de inmediato.
Se encontraron en el centro del bosque sagrado de Cornouaille, rodeados de árboles centenarios, fieles bardos de las viejas tradiciones y guardianes de secretos tan profundos como la tierra misma.


Ambos sabían de magia. Y el bosque permanecía atento al paso del tiempo y de los elementos.

Myrdhin, se dedicaba a aprender de su entorno y Morgane, a utilizarlo. Pero ambos interactuaban con la tierra y los hombres.

“¿Qué haces que sólo miras?”, preguntó Morgane.
“Escucho los latidos del mundo”
“¿Y qué ves?”
“…Emoción”

“Eres un viejo engreído ¡Qué sabes tú de emociones, cuando yo, en cambio, he sufrido las insolencias de los hombres! Deberías pedirme perdón por ser quien eres.
“El odio, la envidia, ¿son las únicas emociones que conoces?”
“No, también conozco la seducción, esa emoción me alimenta, me hace sentir poderosa. Mucho más poderosa que un rey.”
“Lo real pertenece a la realeza… ¿Qué dicen de ti, cuando seduces?”, preguntó Myrdhin.
“En realidad, quedan como hipnotizados…hasta que despiertan. Creo que eso es real.”
“Entonces si no sabes si eso es real o no, ¿cómo sabrás si estás creciendo?”
“¡Enséñame!”, apoderó Morgane.
“Muy bien: cierra tus ojos y presta atención, escucha lo que la tierra y los hombres tienen que decirte. Enfrenta la humildad con silencio. Sólo así sabrás si tus emociones son reales o no”
“Si no veo pero escucho ordenes de reyes narcisos, sentiré rabia. Eso es una emoción real”
“Sentirás rabia cuando juzgues a alguien como más poderoso que tú y menos digno de ese poder que tú. Con esa rabia, acusarás tu propia pequeñez. Sólo serás una ilusión.”

Pero Morgane no quiso oír más y ambos se alejaron del centro del bosque.

Del final de Myrdhin y Morgane, nada se sabe. Sólo el bosque cuenta, a quien quiera respetuosamente escuchar en silencio, sobre los decires de Myrdhin y los silencios de Morgane.





P.S. Una “Fata Morgana” o “Fatamorgana” es un fenómeno óptico resultante de una combinación de espejismos, una perturbación de rayos luminosos, una ilusión. Se ve tan bello hasta emocionar pero no se escucha.