13 oct 2008

Sólo fue un accidente.



Tal vez, fue necesario vivirlo para animarme a publicarlo...al menos una parte de él... un cambio.


"Les quiero contar que, una vez, alguien que estimo muchísimo, y que siempre murmura al oído, me preguntó:


- ¿Si supieras que hoy es el último día de tu vida, que mañana no habrá nada que hacer, si supieras que esta noche verás la cara de tu Dios y del amor, cambiarías?”

- ¡Por supuesto que sí! fue mi inmediata respuesta.

Y luego agregó:

-¿Y cómo?

- Bueno, trataría de dejar todo listo, mis hijos los confiaría a mis amores más cercanos, haría los trámites necesarios con los bancos, escribiría una carta, lloraría por mí y por aquellos que dejo atrás, trataría de tener una especial cena familiar, tal vez me acercaría a alguna iglesia o templo, haría llamadas telefónicas para despedirme. (En fin, causa-efecto).

- Ah, pero entonces, tú no cambiarías, solamente te preocuparías de terminar lo que ya empezaste o lo que en algún momento quisiste hacer, pero no tuviste tiempo o valor o conocimientos o… ¿Estás segura que no harías algún otro cambio, tomar otra decisión?

- Mmmm, sí. Me lanzaría en paracaídas. Siempre quize hacerlo... Ah, y también tomaría un curso de Italiano, claro que uno muy cortito, por lo del tiempo. Aunque pensándolo bien, si tuviera un mes más de vida...

- Dije unas horas...


........Entonces, me puse a llorar.


- Cámate. Respira hondo.Te doy otra oportunidad, sin tiempo definido. Pero debes recordar que el tiempo es limitado para la vida humana.

- Sólo quiero ser libre...Y hacer todo lo que quiera hacer. Y tener tiempo para darme esa oportunidad.

- Y, sin embargo, buscaste esa libertad en el cielo, en el mar y en la tierra. ¿Qué lugar faltó por recorrer?

- Mi corazón...

- ¿A qué se parece tu corazón?

- A una enorme mina de carbón, oscura, llena de recovecos, de miedos, de sorpresas...A veces entro en ella y luego no estoy segura, entonces vuelvo atrás, donde estoy segura. Pero, tal vez, si voy hasta el fondo, ahí encuentre un diamante. Mi diamante. Luminoso. De eso estoy segura.

- Entonces, aprende a ensuciarte."
Amigos míos, acabo de salir de la mina de carbón.



5 comentarios:

Claudia Jaramillo dijo...

Que sabia que estas..me llego el reflejo de ese diamante hasta aca!!!...sera que en tiempos de tanta agresión nos estamos animando a ensuciarnos mas...que mas podria pasar que no haya pasado ya...pareciera que se vive bien con tan poco esfuerzo...que le divacaciones a mi corazon para siempre..
Un abrazo, clau

Andrea Castro Dussert dijo...

¡Gracias Clau!...y dices que estoy sabia...¡mira quién habla!
Otro abrazo para ti, Andrea

Gloria Cornejo dijo...

Ufff...las minas de carbón son increiblemente sucias...por suerte, los diamantes nos aseguran que a pesar de polvo y de la oscuridad... al tomarlos, el camino de vuelta se hace luminosos y afortunadamente rapido...
Los abrazo son buenas toallas para limpiar el polvo que estoy segura salio por todos lados...
Muchos para ti!!!
Por suerte los paracaidas estan esperando y hay corazón brillante para vivirlo!!!
Un beso
Glo

Andrea Castro Dussert dijo...

¡Gracias Glo! Es tan rico leerte...y tanto escucharte también.
Otro abrazo grande con mucho cariño.

Rafael dijo...

Andrea:

No lo había leído, por eso te escribo ahora. Me pareció muy lindo. Qué bueno saber que puedas ensuciarte porque ¡puchas qué bien que sabes limpiarte! y ¡Qué bien y con qué amor limpias a los demás, incluso cuando tu imaginación salta en paracaídas!

Rafael