19 dic 2010

Cómo se arregla una ensalda

Un día la zanahoria, que se creía muy sabrosa, le dijo al insulso (según ella…) Pepino:

    - Es hora que dejemos de tener conversaciones estériles y empecemos a sembrar una nueva manera de relacionarnos.
   
El Pepino, que "rayaba la papa" por amigarse con la Zanahoria, estuvo de acuerdo.  Sin embargo, le dijo que estaba cansado de ser el "arroz de  la fiesta", a pesar de que a él siempre le tocaba ser la entrada.

Zanahoria se puso roja como un tomate furibundo y le replicó que nunca había sido su intención que él (Pepino) se sintiera como un repollo aplastado.

Pepino se lo hizo notar con voz de Kiwi:

    - No me escuchas!  No te das cuenta!  Te dije el arroz de la fiesta!  No dije repollo aplastado.
   
Zanahoria, con un aire de escarola cansada y algo mustia, le dice de forma sentida por estar picada:

    - Debes "pegarte la alcachofa", para mi es muy importante que conversemos.  Te lo aseguro, no es que esta situación me importe un rábano!
   
Pepino y Zanahoria entonces se abrazan de forma vegetal, a pesar de toda la ensalada que antes habían vivido.

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