6 ene 2009

La Cólera



Frustraciones, adversidades, enojos exacerbados o cualquier otro sinónimo cotidiano desencadenan la cólera: un café hirviendo, la congestión vehicular, algo que no funciona bien, alguien que no se presenta a una reunión importante, alguien que cometió un error…

Montamos en cólera porque transformamos nuestros valores personales en valores universales, y las exigencias para con los demás se vuelven irracionales: “Es así como las cosas deben ser” pasa a ser categórico.

Expresar la cólera o el enojo no sirve de nada, aunque alivie en el momento, es absolutamente ineficaz a largo plazo. No es, en absoluto, la expresión de una personalidad sólida. Es una patología.


¿Acaso, la emoción contenida debe salir y atropellar? Desproporcionada y explosiva, genera un mal estrés, violencia y comportamientos abusivos porque impiden pensar y actuar con claridad. Nuestro lenguaje se torna vulgar, sarcástico acusando nuestras más grandes debilidades.

¿Cómo gestionarla? Aceptar y reconocerse como una persona colérica es un buen inicio. Luego, trabajar el tema de manera programada anticipando los eventos que gatillan tales comportamientos. El centramiento hipnótico ha sido y seguirá siendo nuestro mejor aliado.

En casos de emergencia, lo ideal es abandonar el escenario, caminar, tomar un vaso de agua fría. Es más sencillo entibiar la cólera para que ese sentimiento de injusticia o de frustración exacerbada no se vuelva un motor para el individuo dañando a los demás o a si mismo.

Las personas o los problemas no son los que nos tornan coléricos, son nuestros propios juicios.


4 comentarios:

Rafael dijo...

¡¡¡¡¡¡¡Pero qué rabia!!!!! *#...\ Me da rabia tener rabia porque no soy quien quiero ser ¿O acaso sí? ¡¡¡¡¡Qué rabia no estar seguro!!!!
Bueno...creo que esta rabia parece ser indonducente...Permiso Andrea, me voy a tomar un vaso de agua

Gracias.

Anónimo dijo...

upss que buena reflexión amiga!!!
Moraleja...tenga a mano siempre un buen vaso de agua...
Un abrazo y feliz año
Glo

Andrea Castro Dussert dijo...

¡Gracias por sus comentarios! Es muy normal, en esta época del año, sobre todo antes de vacaciones, que las personas sientan rabia. Me ha tocado tratar muchos casos últimamente, pero lo del vaso de agua...es en caso de emergencia. Es curioso como la temperatura fría del líquido cambia momentáneamente la explosión por una actitud más tolerante. Pero también existe un fenómeno de cambio en la variación de la respiración. Interesante. Además que tenerla a mano en estos días de calor, es muy facil.
Cariños,
ACD

Claudia Jaramillo dijo...

Para la rabia y el miedo y todo lo que acompaña a esta emocion, descubri el mejor tratamiento...la biodanza!!!! maravillosa..desde ayer la rabia se fue de mi...

Cuanto de miedo hay en la rabia no...y que miedo mirarse en el espejo de la rabia...pareciera que no somos nosotros... podria cambiar el vasito de agua por un pisquito sour???

Abrazos,
Clau