Llegaste como todos los demás, buscando un poco de magia, una nueva apuesta. Algo para disolver esta neblina pegajosa. Y llegaste con tu lluvia, salpicada de sal para jugar un rol en una obra providencial. Es lo mismo para todo el mundo.
Permaneciste de pie, durante nueve meses, junto a otros actores. Y te quedaste ahí, al principio, luego se formó tu espalda y aprendiste a cargar tus penitas. ¡A qué precio supiste valorar tus instintos y tus deseos! Lo más esencial. Y fue lo mismo para todo el mundo.
Y hoy, todo cambió, como una luz sobre tu plataforma en las nubes. Cuando las certezas se derrumbaron, en tan pocos segundos, supiste que desde la cuna a la tumba, es lo mismo para todo el mundo. Lo más confidencial.
Ayer naciste. Abriste los ojos y comprendiste que, cerrados, veías mejor. Comprendiste que, para recibir el primer aliento, también tenías que dar. Y diste, y recibiste, y respiraste, y tu corazón latió con fuerza. Sonriendo, te vimos vivir. Un impulso no accidental. Y así será para tus hijos y será lo mismo para todo tu mundo...
2 comentarios:
.gracias andrea. que lindo se ve el color púrpura de esos jardineros recien nacidos !!
jaime
¡Felicitaciones por el buen trabajo que has realizado Andrea!
Saludos
Paul
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