La Primavera arriba con todos sus colores en Santiago.
En
un paseo matutino, el periodista Sebastián Arce, nos invita a cerrar los ojos por
un breve momento, imaginando las suaves nubes cruzar nuestro cielo azulado,
para comenzar el recorrido por las principales calles y avenidas de la capital,
nuestro reportero de jardinería, pudo observar los tonos primaverales, de la
brisa del arcoíris, plantados firmemente en nuestra ciudad, como anunciando la
inminente llegada de la estación amorosa, llena de matices que van desde el
blanco al morado, pasando por el magenta y los cálidos fríos.
Y empieza,
a su propio tiempo, caminando por las avenidas más verdes, pudiendo darse cuenta
de la gran cantidad de ciruelos, con sus bellas y delicadas flores en blanco y
rosa. También, tuvo la posibilidad de sentir, los aromáticos jazmines en apogeo,
en los jardines residenciales, que sin querer te remontan a profundos y bellos recuerdos,
tal vez en casa de tu abuela o simplemente en una tarde cualquiera de perfumoso
té verde con jazmín.
Al
llegar a un pasaje pequeño, en un sector más antiguo de la ciudad, pudo
escuchar a los pájaros cantar y danzar sobre la copa de grandes árboles, de un
vistoso verde apasionado, para luego, bajar la vista, sobre la tersura de las
blancas calas, como si imaginara esos antejardines de antaño, que aún conservan
ese dejo de reminiscencia en nuestros corazones, de esas experiencias gratas de
la niñez, vivida con primos o también amigos, en aquella agradable tarde de
primavera de los 10 o quizás de los 11 o 12 años, en que sólo bastaba la
alegría de jugar al aire libre, rodeado de las flores y de los árboles que
había disponibles.
El
día más largo, la noche más corta, el día más caluroso, la noche menos fría,
los árboles y plantas, perciben esto tan fácilmente a través de sus sentidos,
nos informa el periodista, entusiasmado de aquel descubrimiento personal, que
todos hemos tenido alguna vez, sobre cómo aprenden ellos cuándo florecer,
increíble pareciera, que posean este
sensor molecular, para medir la acumulación de las horas de frío, ¿lo imaginas?
y saber entonces que es el momento de dar a luz los colores y la ternura, esa
es la herramienta que la sabia de la naturaleza, les ha dado para entregarnos
la primavera, que junto con volantines y chupallas, aparecen dando signos de
vida, como si nos enviaran un mensaje, la vida es bella y es tiempo de nacer o
renacer, nuevamente a la luz del sol, las flores y sus aromas, nos bañan de dulce
energía, y nos podemos sentir también regocijados, con su tibio perfume y su amable
color.
Habiendo
caminado esta mañana por las calles de Santiago, observando, escuchando y
respirando el aire puro y fresco, sintiendo como ese aire nos hace vibrar y
entonces, vuelve el periodista, cuando ya nos anuncia que podemos
reincorporarnos y abrir los ojos, para deleitarnos con una nueva historia…tu
propia y nueva primavera interior…
Por: Francisca Reyes W.